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“Mi carrera deportiva fue muy buena porque cumplí­ con los objetivos que, de alguna manera, me pude llegar a trazar en un determinado momento”, Hugo Londero.

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 01 Jun 2012   Publicado por Juan David Pabon

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Hay jugadores que siempre quedarán en la memoria de los hinchas. En Colombia, Hugo Londero siempre será recordado por los 211 goles que marcó en los diferentes equipos: Nacional, Medellí­n, América, Pereira y Cúcuta. Este argentino nació en  Colonia Caroya en la provincia de Córdoba. Su carrera deportiva comenzó en Gimnasia y Esgrima de La Plata.  Después, llegó al fútbol colombiano, donde dejó una huella difícil de borrar. Actualmente, Londero vive en la ciudad de Cúcuta (Colombia) y tiene uno de los restaurantes más visitados de allá (Londeros). En esta entrevista, el histórico goleador recuerda momentos importantes de su carrera deportiva y analiza la actualidad del fútbol nacional e internacional.

HUGO LONDERO 1

Para usted, ¿Cuál es la magia del fútbol que atrapa a tanta gente en diferentes lugares del mundo?

El fútbol es complicado para definir. Inicialmente, se populariza porque juegan muchas personas con un mismo balón y no se necesita más nada. Los arcos se pueden hacer con ladrillos o en la calle; en un terreno  se pueden poner dos ladrillos, una piedra. También ,  se puede jugar en zapatillas, descalzo, en la arena, en el piso duro, en la tierra y en el césped. Eso ocasiona que la mayoría de gente en el mundo, alguna vez, haya pateado una pelota. Además, el fútbol, por ser un deporte de conjunto, tiene muchas cosas para analizar y lógicamente, los puntos de vista de las personas son muy distintos. Es un deporte que está muy ligado a la cultura de los pueblos y en algunas partes, lo ven bonito jugado de una manera y en otras partes, lo ven bonito de otra forma. En Italia, lo disfrutan de un estilo especí­fico porque ellos jugaron toda la vida fuerte, rápido, rudo, tosco. Si ese fútbol se jugara en Brasil, no irí­a nadie a la cancha. El fútbol está ligado a la cultura de los pueblos. Por eso, es universal, lindo y está dispuesto a las críticas de uno o de otro, a los análisis y a las conclusiones.

¿Por qué decidió ser futbolista?

Eso fue por tradición, por cultura. En Argentina, a todo el mundo le gusta el fútbol, todos hablan de fútbol y las circunstancias también lo llevaban a uno como niño a jugar algo. En esa época no existían todas las diversiones que tienen los niños ahora, no teníamos muchas cosas para escoger, entonces lógicamente el fútbol es lo más práctico, es lo más fácil.  Todos los niños y yo comenzamos jugando desde que comenzamos a ir a la escuela, desde que estábamos en la Primaria, a los cinco años. Inclusive, en los recreos, en las horas libres del colegio, lo único que jugábamos era fútbol. Uno empieza a jugar desde que empieza a caminar. Algunos juegan mejor, otros peor y eso se va perfeccionando. La llegada a ser profesional viene mucho más adelante.

Usted fue un delantero goleador, de mucha Historia, en el fútbol colombiano. Cuando comenzó a jugar, ¿Intentó probarse en alguna otra posición en el campo de juego?

La verdad que no. Pienso que mis virtudes, digamos, como futbolista profesional consistieron en aprovechar lo que yo sabía hacer. Yo nunca intenté hacer otras cosas en el fútbol como ser un pasador o tratar de ser un habilidoso porque la naturaleza no me dio eso. Siempre traté de hacer bien lo que yo sabía hacer y afortunadamente me dio resultado.

En Argentina, usted jugó en Gimnasia y Esgrima de La Plata. ¿Qué es lo que más recuerda de su ciclo en “El Lobo”?

Uno de esa época recuerda todo porque es la más linda de un ser humano, entre los 16 y 17 años y los 22 y 23 años. Es la flor de la juventud. De todo lo que se hace en ese momento, queda el recuerdo y la gran mayoría de cosas son muy agradables. Por ejemplo, cuando uno empieza, la ilusión que uno tiene, los compañeros. Yo todaví­a me acuerdo de todos los compañeros, me imagino que será lo mismo que la gente que estudia, que va a una universidad y se acuerda de los compañeros del primer semestre. En el fútbol es una cosa igual, uno se acuerda de todo.

En la actualidad, Gimnasia atraviesa un difí­cil presente en lo deportivo e institucional. ¿Cree que el equipo platense podría superar esta complicada realidad?

Más que creerlo, lo deseo porque fue mi primer club, mi primer amor profesional. Siempre he sentido un cariño muy especial por Gimnasia a pesar de estar tan lejos y que mi carrera deportiva nunca más estuvo ligada al equipo “tripero”, salvo los tres años que yo estuve y siendo aficionado amateur pero siempre tengo un aprecio muy especial por la Institución, a la distancia lo sigo y hago fuerza para que le vaya bien. Gimnasia va a salir porque hay un nuevo proyecto, contrataron un buen técnico, está tratando de armar un buen equipo y la hinchada se lo merece porque es tan apasionada, tan creyente en su club, tan sacrificada por los resultados de muchos años. Gimnasia merece no sufrir lo que está sufriendo y puede pelear cosas mucho más importantes.

Usted es de la Provincia de Córdoba, que llega a tener en Primera División en Argentina a equipos importantes. Por ejemplo: Talleres, Belgrano e Instituto. Sin embargo, en la actualidad ninguno está en Primera División. Talleres está en el Argentino A. ¿Cree que el fútbol cordobés podrá volver a los lugares de privilegio?

El fútbol cordobés tiene un gran problema que es dirigencial. Hablo, sobre todo, de Talleres, que es el equipo que más he seguido, sin ser gran hincha de Talleres ni de Belgrano e Instituto. Talleres fue el más cercano a los sentimientos que tuve, quizás influenciado por mi padre, quien era socio de ese club. Talleres sufrió el problema de los malos dirigentes y las malas administraciones que llevan a las instituciones a situaciones difíciles. Yo creo que los equipos cordobeses pueden salir adelante. Además, Córdoba, por tradición, siempre fue una provincia muy futbolera, de grandes jugadores que todavía siguen saliendo pero son pocos los que van a parar a Talleres, a Belgrano e Instituto. La mayoría se van a otros lugares porque tienen otras opciones y otras perspectivas. Los dirigentes no aprovecharon el buen momento ni la cantera que se produce en una provincia como Córdoba.

En Argentina, River Plate y Boca Juniors han perdido su hegemonía. Ahora, Vélez y Estudiantes son los mejores del país, sin duda alguna. ¿El “Fortín” y el “Pincha” podrán continuar como protagonistas en los próximos años?

En este momento, en Argentina está comprobado que ya no es suficiente tener dinero. Las instituciones que funcionan son las organizadas, las que tienen metas predestinadas y una seriedad .De esta manera, podrán perdurar y ser cada vez más grandes. Éste es el caso de Vélez, Estudiantes, Banfield y Lanús, que tienen un camino trazado, una meta y luchan por cumplir sus objetivos. La organización es una porción muy grande del éxito. No es solamente el nombre de ser grande.

HUGO LONDERO 2

En el fútbol actual, en gran cantidad de pases, los jugadores son transferidos rápidamente al exterior. ¿Cómo se puede mantener un proceso a mediano o largo plazo?

Es un tema difícil porque ya es problema más de poder adquisitivo, valor de la moneda.  El fútbol se ha profesionalizado de tal manera y las prioridades de hoy en dí­a no son tanto los colores de la camiseta sino el color de los billetes. Europa nos lleva mucha ventaja en ese sentido y mientras no tengamos países solventes, fuertes y estables en su Economía, no va a ser muy fácil competir. El que en este momento está compitiendo y es un fiel reflejo de lo que acabo de decir es Brasil, que ya puede competir con los pequeños clubes de Europa. Tal es así­, que está repatriando jugadores de mucha categorí­a, de mucho cartel porque el producto- paí­s lo permite. Es decir, su moneda, su Economí­a, su estabilidad, su organización. Mientras no exista eso, va a ser muy difícil detener el éxodo de jugadores.

Las divisiones inferiores son importantes para los diferentes clubes. ¿De qué manera se le puede dar mayor importancia a la cantera?

Todo consiste en organización, lugares para entrenar, sedes para concentrar. En Argentina, la concentración de divisiones inferiores se acostumbra mucho. Allá se reclutan a chicos del interior del paí­s en los equipos de Buenos Aires, hay escuelas y también zonas donde se pueden concentrar. Es necesario tener una infraestructura. Argentina en eso está muy bien porque la mayorí­a de los equipos la tiene y por eso, la cantidad de jugadores que salen es inmensa.

Hablando de su  trayectoria futbolística en Colombia. Usted jugó en Nacional, Medellín, América, Pereira y Cúcuta. ¿Cuál etapa le trae los mejores recuerdos?

Afortunadamente, yo tengo lindos recuerdos de todo. Mi carrera deportiva fue muy buena porque cumplí­ con los objetivos que, de alguna manera, me pude llegar a trazar en un determinado momento. Por ejemplo, que quiero jugar en un equipo grande, tuve la suerte de hacerlo; que quiero salir goleador, en mi caso que era delantero, lo conseguí­; que quería salir campeón, lo logré.  Después, tuve la gran satisfacción de jugar en la Selección Colombia. A pesar de no ser mi paí­s de nacimiento, es mi paí­s de adopción.

Entonces, todas esas metas se fueron cumpliendo en distintas etapas de mi vida profesional. Si hablamos de los recuerdos deportivos, tendrí­a que hablar de Nacional porque jugué cuatro años allá, salí­ dos veces campeón, una vez subcampeón y jugué Copa Libertadores. Después, me nacionalicé y me llevaron a la Selección Colombia. Fue mi época más productiva como futbolista.

Sin embargo, las memorias son muy lindas en todo. En Medellín, en Pereira pasé unos años espectaculares con unos grupos humanos excepcionales, con una vivencia en los lugares donde estuve, en la sociedad que me tocó integrar en esos años. La verdad no me puedo quejar de ninguno y Cúcuta, por supuesto, ni hablar porque Cúcuta es mi casa, es mi hogar, es mi ciudad, es todo en este momento.

Si analizamos el sistema actual del fútbol colombiano, el fútbol mexicano y el fútbol argentino, ¿Prefiere el torneo corto de estos países o el torneo largo, propio de las ligas europeas?

Para nuestros países, para nuestra manera de ser, es mejor el torneo corto. Nosotros somos muy apasionados y muy dados a irnos a los extremos. El fútbol es parte de eso, de la pasión que despierta en la gente. Entonces, un torneo largo en Colombia, Argentina o México, se puede volver medio aburrido porque se juegan partidos importantes entre los que están peleando por el descenso y entre los que están peleando por el tí­tulo y después, hay un núcleo de equipos en la mitad que faltando seis u ocho fechas no tienen nada que hacer, están cumpliendo con el calendario nada más. En Colombia, que existen los octogonales, en el 99 por ciento de los casos, la entrada y salida del octogonal se decide en la última fecha, en los últimos cinco minutos. Un gol puede hacer ascender o descender a un equipo. Entonces  el torneo colombiano excepcional porque está muy bien como está y ojalá no lo cambien.

Si hablamos del Cúcuta Deportivo, ¿Podrá continuar siendo protagonista y estará ubicado entre los mejores?

El Cúcuta tiene todas las posibilidades de hacerlo porque es una ciudad muy futbolera y por su hinchada, que está entre las mejores del país. Tiene la posibilidad de ser un equipo grande. Ojalá todos pudieran seguir el ejemplo de Estudiantes, de Vélez y la mayorí­a de instituciones serían grandes. En el fútbol, ya hablando de la parte administrativa, manejar la pobreza es difícil, pero manejar la bonanza también lo es.

En el Cúcuta, no se manejó bien la bonanza. Esos años buenos, no se aprovecharon como se debieron haber aprovechado. Por ejemplo, se pudo haber logrado tener una sede social, unos campos de entrenamiento para las divisiones inferiores, una concentración organizada. En esa época se pudo haber conseguido porque en esos momentos todo es más fácil, más accesible y todo el mundo colabora. Hoy en día, con la situación del Cúcuta, es casi imposible hacer una cosa de estas porque la gente del fútbol es muy exitista. Por eso, a mí­ me parece que es tan difí­cil manejar la bonanza como la pobreza. Desgraciadamente, el Cúcuta pasó por eso pero hoy tiene todas las posibilidades de ser grande siempre y cuando se hagan las cosas bien.

¿Por qué se ha hecho cada vez más difícil para un técnico poder mantenerse en su cargo?

Cuando el torneo empieza, de los veinte equipos que participan, hay quince que dicen que van a ser campeones. De pronto, existen tres que se conforman con estar en la mitad y los otros, con salvarse del descenso. Los otros quince aspiran a ganar el tí­tulo. De esos quince, lógicamente el campeón es uno solo. Ahí­ empiezan los problemas. Los torneos cortos son muy atractivos por un lado pero son mata técnicos, mata jugadores y mata directivos por el otro porque la hinchada piensa que si pierden los dos primeros partidos y empatan el tercero, ya no tendrán chance de salir campeón. La gente, normalmente, es demasiado exigente en eso. El despedir técnicos, directivos o jugadores los calma pero viene otro técnico y es igual o peor. Esa impaciencia no es la mejor consejera pero manejar el corazón del hincha es muy difícil. Con la única manera que lo manejas es ganando. Si ganas si lo manejas, pero si no ganas, no se puede y los técnicos lo saben. Por eso, deben concientizarse en que su contrato es el resultado del domingo que viene. Todos los domingos rinden una cuenta y en los días que hoy vivimos eso es así­ y se tienen que adaptar a esa coyuntura.

Sin embargo, en Colombia hay equipos como  Chicó y La Equidad, cuyos técnicos están desde hace más de cinco años. En Argentina, en Vélez y Estudiantes, se han mantenido desde hace más de dos años. ¿Por qué se presentan excepciones como estas?

La Equidad es una excepción porque no es un equipo, es una empresa. En Estudiantes pasa lo mismo porque lo manejan como una empresa o los dirigentes tienen esa clase de visión. En La Equidad, los resultados no son tan importantes como en las otras instituciones. Bueno, son importantes, pero no tan determinantes en el funcionamiento de la empresa. Si el resultado es bueno, la empresa funciona y si el resultado es malo, no deja de funcionar porque el resultado del partido haya sido malo.

¿Qué se necesita para ser un buen director técnico?

Yo creo que buenos jugadores (risas). Artí­culo primero: buenos jugadores. También, se requiere conocimiento, personalidad, trabajo y sacrificio. Para mí­, el buen técnico debe tener condiciones primordiales: ser un excelente manejador de grupo, ser un psicólogo, llegarle a los jugadores con pocas palabras, que ellos le crean lo que dice y saber escoger a las contrataciones a principio de año. Acertar en este aspecto es el setenta o el ochenta por ciento de las buenas campañas. La táctica se adapta a los jugadores porque eso se puede mejorar con el tiempo, con los cursos y con la experiencia. Es más difí­cil aprender lo del ojo para escoger jugadores y saber motivarlos.

El pasado 29 de noviembre se jugó el Barcelona vs Real Madrid, donde el Barcelona dio una clara demostración de fútbol. En ese momento se enfrentan dos estilos opuestos pero muy ganadores.¿Con cuál estilo se identifica más, con el de Pep Guardiola o el de José Mourinho?

Sin duda, con el estilo del Barcelona pero sin desconocer la categoría del técnico y de los demás jugadores. Además, el noventa por ciento de los jugadores del Barcelona, hace seis o siete años que juegan juntos. Ellos saben jugar a un mismo estilo, tienen un mismo entendimiento por el fútbol, son de la misma zona, tienen la misma estructura y una excelente calidad. Se juntó una camada de jugadores que difí­cilmente se da en el mundo porque es memorable que de un plantel de veinte jugadores, que doce, trece o catorce de ellos sientan la misma manera de jugar, con ese nivel y con esa categoría. A nosotros en nuestro continente nos ha pasado mucho, salvo Argentina y Brasil que normalmente tienen buenos equipos, a los demás paí­ses les ha sucedido.

Por ejemplo, ver jugar a Perú era una cosa excepcional. Después, vino Colombia y ese grupo de jugadores es muy difícil de reemplazar. Por ejemplo, en  Colombia ese plantel integrado por René Higuita, Andrés Escobar, Chonto Herrera, Diego Osorio, Leonel Álvarez,  Barrabas Gómez, El Pibe, Asprilla. Es muy difí­cil que se te de otra época donde de un equipo salen nueve estrellas.

Normalmente, los buenos equipos tienen dos grandes jugadores que son la columna vertebral, los lí­deres, lo representan, pero que tengan una camada de jugadores, de ocho o diez como la tuvo Colombia, es muy difí­cil que se vuelva a dar. A mí­ me gustaría poder comentar, ver al Barcelona dentro de diez años. ¿Será lo mismo? ¿Habrá un Messi, un Xavi, un Iniesta, un Piqué, un Puyol? ¿Las canteras del Barcelona llegarán a producir todo lo de esta época? Eso sí­ me gustarí­a verlo porque en nuestro continente, hasta ahora se ha confirmado, es muy difí­cil.

Este año se realizará¡ la Copa América en Argentina.¿Cuáles son sus selecciones favoritas para llevarse el tí­tulo?

Las de siempre. Brasil y Argentina son los favoritos. Argentina, por ser local y por tener una buena nómina. Brasil siempre será favorito en todos los torneos que juegue. Sin embargo, en las Eliminatorias y en el Mundial pasado, las campañas de Uruguay, Chile y Paraguay fueron sensacionales. Si hay que elegir un favorito, se elige a Argentina o Brasil pero hay cuatro o cinco equipos excelentes, pisándoles los talones. Colombia y Ecuador tienen que acercarse a esos equipos. Para mí­ uno de los torneos más difíciles que hay en el Mundo es la Eliminatoria Suramericana por lo competitiva que es, por los lugares a donde hay que ir a jugar. Vas a Perú, te cuesta. Vas a Venezuela, a Chile, a Uruguay, de pronto ganas, pero que te cuesta, te cuesta. Este año, la Copa América será excelente.

¿Puede Colombia soñar con regresar a un Mundial?

Por supuesto que puede soñar. Colombia lo puede tomar como una realidad por la clase de jugadores que hay, por lo importante que es Colombia a nivel suramericano, porque tiene un buen cuerpo técnico y  jugadores con experiencia internacional.

¿De qué manera vive un partido entre Colombia y Argentina? ¿Es un partido especial?

Hay una gran cantidad de sentimientos encontrados. Yo tengo  amigos en Colombia, en todo sentido, entre los hinchas, entre los jugadores, entre el cuerpo técnico. Además, mis hijos son hinchas de Colombia, mi señora es hincha de Colombia, entonces yo debo sentir una simpatía por Colombia pero lo que pasa es que cuando juega ante Argentina, uno no sabe qué hacer. A veces yo digo: ” Que hoy que gane Colombia porque Colombia necesita ganar”, pero otras veces digo: “Que hoy gane Argentina porque el que necesita ganar es Argentina. Entonces, me encuentro en eso porque Argentina es mi país de nacimiento y esa clase de sentimientos es muy difí­cil manejarlo.

¿Cuál es el gol que más recuerda?

Se recuerda más el gol más importante que el gol más lindo. De pronto, el gol más lindo lo hice alguna vez en Cúcuta, en un partido ante el Tolima en el año 1971, cuando recién llegué. Fue un gol bonito, yo paré con el pecho, hice un sombrero y llegó el arquero y lo gambeteé, pero ese no era mi estilo de hacer goles. Eso era una casualidad y ese día, en el estadio, habría unas dos mil personas, no lo vio nadie. En esa época no habí­a Televisión, entonces lo vio menos gente.

Nadie se enteró del gol más bonito que hice. En cambio, se enteró de la anotación más importante. Se estaba jugando la final Nacional vs Cali y ganamos 1 a 0 y yo hice el gol. Nacional salió campeón. Ese es de los goles que más recuerdo. Por otro lado, hubo otros que marqué en Copa Libertadores, ante Cruzeiro en Brasil, partido que Nacional iba perdiendo 2 a 0 y después lo dimos vuelta 3 a 2. Esa fue la primera vez en la Historia que un equipo colombiano ganaba en Brasil. Sucedió en 1974. Esos dos goles que yo hice en Brasil tuvieron una gran importancia.

¿Cuál fue el Estadio más lindo en el que estuvo como jugador?

El Estadio de River Plate debido a su gran Historia. También, recuerdo el Mineirao de Bello Horizonte, donde le marqué los dos goles a Cruzeiro por la Copa Libertadores. Esos dos fueron dos escenarios memorables en donde jugué.

Actualmente, usted tiene uno de los restaurantes más visitados en la ciudad de Cúcuta. ¿Cuál es el secreto para mantener a Londeros como uno de los mejores de la capital nortesantanderana?

Principalmente, la dedicación. Estos negocios requieren de mucha atención, muchos detalles, mucha constancia y lógicamente, de tener un plantel, un grupo de gente capacitada, que se ponga la camiseta. Si a usted le gusta la profesión, seguro que la va a ejecutar mucho mejor que si no le gusta. Entonces, mi trabajo en este momento me encanta. Por eso, llevo treinta años con el negocio y afortunadamente, se mantiene.

Finalmente, ¿Cuáles son sus proyectos para los próximos años?

Espero seguir en el negocio al nivel que está en este momento. Después ya viene ayudar a los hijos a que salgan adelante, a que sean buenas personas y vienen los nietos. Yo soy un familiero a morir. Todo tiene que ser en conjunto con la Familia.

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Escrito por Juan David Pabon


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